Un libro es como los subtítulos de una película.
Para leer un libro de verdad, se necesita una de estas dos cosas: experiencia (memoria) o el deseo de tenerla (imaginación). Las letras, vistas con indiferencia, no son más que líneas garabateadas. Sin embargo, para que el significado que se teje entre esas líneas se sienta realmente, primero debe formarse una relación entre el texto y el lector. El papel de este intermediario lo juega la pantalla interior del individuo, donde se proyectan escenas que solo uno mismo puede ver en su forma completa: la memoria y la imaginación.
Un libro digital no es simplemente un libro fácil de copiar y publicar. ¡Es mucho más que eso! Este blog es un registro del viaje de exploración de su valor.